Llegaste y sin querer me diste alas. Alas que no sirven para volar a otro lugar que no sea a tu lado y que son ahora tu refugio, en donde te guardo para cuidarte, para escucharte, para entenderte.
Apareciste y me hiciste ángel para superar tiempos y distancias. Me llevaste fuera de este mundo a otro distinto, sólo nuestro, en donde aprendí a trepar contra los vientos, a pelear contra huracanes de ausencias. Me enseñaste a esperar.
Armaste lo que soy, esto que sin vos ya no es nada...
Porque son tus ojos el cielo en el que vuelo, la paz que me alimenta, la fuerza de mis alas.
Es tu corazón la estrella que me guía, la luz conque te veo, mi esperanza.
Es tu voz mi resguardo contra el frío, en las noches desoladas.
Tu ternura, brisa frágil que me abriga de nostalgias.
Tu sonrisa, el aliento que respiro, la caricia a mi alma...
No soy un ángel, soy tu ángel. Porque lo elijo, porque te elijo.
Y existo porque sos, porque estás, porque te quiero...
es precioso el texto, aunque el sentimiento sea encontrado.. :) besos
ResponderEliminarGracias Noe!! Besos :)
ResponderEliminarDonde esta tu yo para poder crear el nosotros? Realmente es tan profundo, sincero...quien lee tus palabras, está escuchando los gritos más degarradores de tu corazón. El dolor es palpable, hasta siento que toma forma. Pero para superarlo, para apaciguarlo me tenes, amigo de letras, alma gemela. El dolor compartido es dolor a medias...y las palabras sanan. El tiempo hará cicatrizar la herida, y dejaras de necesitarla...
ResponderEliminarMi yo está en Ariel, el Ángel es mi llanto en letras. Y para lo que da vida a estas palabras no existe el nosotros, porque no hay uniones tras ilusiones.
ResponderEliminarEs un poco complejo de explicar, como verás, pero sin duda vos comprendés :)
Siempre...te regalo algo que también me regalaron:
ResponderEliminar"Las palabras son tan dulces que han dejado en boca el recuerdo amargo de tus sentimientos".
Un abrazo para las noches frías que se avecinan..